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Foto: José M. Ruiz |
Se llama
poesía todo aquello que (…)
(…)La
puerta de la poesía no tiene llave ni cerrojo; se defiende por su calidad de
incandescencia. Sólo los inocentes, que tienen el hábito del fuego purificador,
que tienen dedos ardientes, pueden abrir esa puerta y por ella penetran en la
realidad.
La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles. (…)
La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles. (…)
Aldo Pellegrini
“Si los poemas pudieran ser creados en estado
de trance, sin la participación consciente del poeta, la poesía sería una
operación tan tediosa y desagradable que solo una generosa recompensa económica
y social animaría a un hombre a practicarla”.
W. H. Auden
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Foto: José M. Ruiz |
A UNA NARIZ
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón mas narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón mas narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
Francisco de Quevedo
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